Comida sana
No es ningún secreto que somos lo que comemos. Las investigaciones realizadas a lo largo de los años han demostrado que una dieta equilibrada con alimentos nutritivos es la mejor defensa contra enfermedades crónicas y peligrosas como las cardiopatías, la obesidad y la diabetes.
El sistema inmunitario es la forma en que el cuerpo se defiende de las amenazas del mundo exterior. Este complejo sistema de células, tejidos y órganos identifica cuando algo ha entrado en tu cuerpo, como el virus de la gripe. A continuación, desencadena una respuesta automática y coordinada para ayudarle a curarse, utilizando lo que se conoce como glóbulos blancos.
El sistema inmunitario también es clave para combatir enfermedades como el cáncer. De hecho, la inmunoterapia es un tratamiento que hace que el propio sistema inmunitario ataque a las células cancerosas. Dado el importante papel que desempeña en la salud, debemos hacer todo lo posible para mantenerlo fuerte.
En los últimos años, todos hemos oído hablar con frecuencia del término “superalimentos” para describir cualquier cosa, desde el humilde arándano hasta la exótica baya de goji. Pero en realidad no existen los superalimentos. Se trata de un término de marketing utilizado para describir algunos alimentos que son “densos en nutrientes”, es decir, que contienen nutrientes y minerales que el organismo puede utilizar para mejorar la salud y el bienestar.
Nutrición sistema inmunitario
Seguir una dieta vegetal baja en grasas puede ayudar a reforzar el sistema inmunitario. El sistema inmunitario depende de los glóbulos blancos que producen anticuerpos para combatir bacterias, virus y otros invasores. Se ha demostrado que los vegetarianos tienen glóbulos blancos más eficaces que los no vegetarianos, debido a su alto consumo de vitaminas y bajo consumo de grasas.1
Una dieta baja en grasas también puede ser protectora. Los estudios han demostrado que limitar la grasa en la dieta ayuda a reforzar las defensas inmunitarias. Las investigaciones también demuestran que el aceite puede perjudicar la función de los glóbulos blancos y que las dietas ricas en grasas pueden alterar la microbiota intestinal que contribuye a la inmunidad.2
Mantener un peso saludable también puede beneficiar al sistema inmunitario. La obesidad se ha relacionado con un mayor riesgo de gripe y otras infecciones como la neumonía.3 Las dietas vegetales son eficaces para perder peso, porque son ricas en fibra, que ayuda a saciarse sin añadir calorías adicionales. La fibra también puede reducir el IMC, lo que está relacionado con la mejora de la inmunidad.4 También se ha demostrado que una dieta basada en plantas reduce los biomarcadores inflamatorios.5
Cómo reforzar el sistema inmunitario de forma natural
Toma el sol y tu cuerpo producirá vitamina D. ¿Sabías que la vitamina D también se encuentra en pescados grasos como las sardinas y el atún? Los huevos, la leche y los zumos enriquecidos con vitamina D también son excelentes fuentes.
¿Te han dicho alguna vez que comas más alimentos de origen vegetal? El betacaroteno es un antioxidante que combate los radicales libres. Coma más alimentos vegetales como espinacas, zanahorias, tomates y boniatos para aumentar su ingesta de betacaroteno.
Nuestro cuerpo no puede producir ni almacenar zinc de forma natural. El zinc se utiliza en el organismo de muchas formas, como la función inmunitaria, la función enzimática y el crecimiento y la división celular. El zinc se encuentra en diversos alimentos de origen animal y vegetal, como la carne magra de vacuno, el marisco, los frutos secos, las alubias y el tofu. ¿Sabías que el zinc es un nutriente clave para la cicatrización de heridas? Se añade a algunos tratamientos para el resfriado, pastillas para la garganta y aerosoles nasales.
La nutrición es un componente fundamental para desarrollar las defensas naturales del organismo, pero no es la única pieza del rompecabezas. Dormir lo suficiente, controlar el estrés, mantenerse físicamente activo y encontrar el equilibrio entre el trabajo y la relajación son otras formas de fortalecer el sistema inmunitario.
Alimentación y sistema inmunitario
Sin embargo, varios factores pueden comprometer la respuesta inmunitaria: por ejemplo, la estación fría y una alimentación desequilibrada, que pueden aumentar el riesgo de infecciones derivadas de dolencias estacionales como los resfriados y favorecer los estados inflamatorios.
Una dieta adecuada puede influir favorablemente tanto en la producción de moléculas con actividad antiinflamatoria por parte de la flora bacteriana, como en la proliferación de microorganismos residentes valiosos, en detrimento de otros potencialmente perjudiciales.
Seguir una dieta equilibrada y variada, con la proporción adecuada de macronutrientes (proteínas, grasas e hidratos de carbono) es importante para el bienestar. Se sabe que una dieta deficiente en proteínas está asociada a un mayor riesgo de infección. Algunos aminoácidos (los “ladrillos” de los que se componen las proteínas) son utilizados como fuente de energía por las células del sistema inmunitario, regulan la expresión de genes que modulan la respuesta inmunitaria, intervienen en la producción de moléculas que participan en la respuesta inmunitaria o sirven para activar sustancias necesarias para una respuesta inmunitaria eficaz.