Enfermedades que no generan inmunidad

Lista de enfermedades autoinmunes

La inmunidad de rebaño (o inmunidad comunitaria) se produce cuando un alto porcentaje de la comunidad es inmune a una enfermedad (mediante vacunación y/o enfermedad previa), lo que hace improbable la propagación de esta enfermedad de persona a persona. Incluso los individuos no vacunados (como los recién nacidos y los inmunodeprimidos) gozan de cierta protección porque la enfermedad tiene pocas posibilidades de propagarse dentro de la comunidad.

Las vacunas previenen muchas enfermedades peligrosas y mortales. En Estados Unidos, la viruela y la poliomielitis se han erradicado gracias a la vacunación. Sin embargo, hay ciertos grupos de personas que no pueden vacunarse y son vulnerables a las enfermedades: los bebés, las mujeres embarazadas y las personas inmunodeprimidas, como las que reciben quimioterapia o trasplantes de órganos. Por ejemplo, lo más pronto que un bebé puede recibir su primera vacuna contra la tos ferina o tos convulsa es a los dos meses, y lo más pronto que un niño puede recibir su primera vacuna contra el sarampión es al año, lo que les hace vulnerables a estas enfermedades.

La inmunidad colectiva depende del grado de contagio de la enfermedad. Las enfermedades que se propagan con facilidad, como el sarampión, requieren un mayor número de individuos inmunes en una comunidad para alcanzar la inmunidad de rebaño. La inmunidad colectiva protege a los miembros más vulnerables de nuestra población. Si se vacuna a un número suficiente de personas contra enfermedades peligrosas, las que son susceptibles y no pueden vacunarse quedan protegidas porque el germen no podrá “encontrar” a esas personas susceptibles.

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Tipos de sistema inmunitario

ResumenMás allá de las barreras estructurales y químicas contra los patógenos, el sistema inmunitario tiene dos líneas fundamentales de defensa: la inmunidad innata y la inmunidad adaptativa. La inmunidad innata es el primer mecanismo inmunológico de lucha contra un patógeno intruso. Se trata de una respuesta inmunitaria rápida, iniciada en cuestión de minutos u horas tras la agresión, que no tiene memoria inmunológica. La inmunidad adaptativa, en cambio, depende del antígeno y es antígeno-específica; tiene capacidad de memoria, lo que permite al huésped montar una respuesta inmunitaria más rápida y eficaz en caso de exposición posterior al antígeno. Existe una gran sinergia entre el sistema inmunitario adaptativo y su homólogo innato, y los defectos en cualquiera de ellos pueden provocar dolencias o enfermedades, como inflamaciones inapropiadas, enfermedades autoinmunitarias, trastornos por inmunodeficiencia y reacciones de hipersensibilidad. Este artículo ofrece una visión práctica de la inmunidad innata y adaptativa, y describe cómo estos mecanismos de defensa del huésped intervienen tanto en la salud como en la enfermedad.

Respuesta inmunitaria

ResumenLa inmunización es una piedra angular de la política de salud pública y se ha demostrado que es muy rentable cuando se utiliza para proteger la salud infantil. Aunque podría argumentarse que hasta ahora la inmunología no ha contribuido mucho al desarrollo de vacunas, en el sentido de que la mayoría de las que utilizamos hoy en día se desarrollaron y probaron empíricamente, está claro que hay grandes retos por delante para desarrollar nuevas vacunas contra patógenos difíciles de atacar, para los que necesitamos urgentemente una mejor comprensión de la inmunidad protectora. Por otra parte, el reconocimiento del enorme potencial y de los retos que plantean las vacunas para controlar los brotes de enfermedades y proteger a la población de edad avanzada, junto con la disponibilidad de toda una serie de nuevas tecnologías, hacen que sea el momento perfecto para que los inmunólogos participen en el diseño de la próxima generación de potentes inmunógenos. Esta Revista ofrece una visión introductoria de las vacunas, la inmunización y las cuestiones conexas, con lo que pretende informar a un amplio público científico sobre los conceptos inmunológicos subyacentes.

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Cómo bajar el sistema inmunitario

La inmunidad de rebaño se produce cuando una gran parte de una comunidad (el rebaño) se vuelve inmune a una enfermedad. La propagación de la enfermedad de persona a persona se vuelve improbable cuando se consigue la inmunidad de rebaño. Como resultado, toda la comunidad queda protegida, no sólo los que son inmunes.

A menudo, un porcentaje de la población debe ser capaz de contraer una enfermedad para que ésta se propague. Es lo que se denomina proporción umbral. Si la proporción de la población inmune a la enfermedad es superior a este umbral, la propagación de la enfermedad disminuirá. Es lo que se conoce como umbral de inmunidad colectiva.

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¿Qué porcentaje de una comunidad debe ser inmune para alcanzar la inmunidad de rebaño? Varía de una enfermedad a otra. Cuanto más contagiosa es una enfermedad, mayor es la proporción de la población que necesita ser inmune a la enfermedad para detener su propagación. Por ejemplo, el sarampión es una enfermedad muy contagiosa. Se calcula que el 94% de la población debe ser inmune para interrumpir la cadena de transmisión.