Violencia doméstica
Quizá la violación masculina sea una de las atrocidades más ocultas de la guerra. Puede que sea así porque se niega o se mantiene en secreto, dado que tanto el agresor como la víctima entran en una forma de “conspiración del silencio”. Sin embargo, cuando se desvelan las historias, quienes han sido víctimas de estos crímenes corren el riesgo de perder el apoyo de quienes les rodean. Los hombres supervivientes de la violencia sexual suelen ser despreciados y marginados por sus propias comunidades. En las sociedades patriarcales, un hombre que ha estado expuesto a este tipo de violencia puede ser visto como una “mujer”, y recibir definiciones estereotipadas de los roles de género; a ningún hombre se le permite ser vulnerable.
La violencia sexual es una táctica de guerra, utilizada para humillar, dominar e infundir miedo. También se utiliza cada vez más como táctica terrorista. Aunque la atención se ha centrado en gran medida en las mujeres y las niñas como víctimas de la violencia sexual, los niños y los hombres corren el mismo riesgo. La violencia sexual contra hombres y niños adopta una serie de actos atroces, como la violación anal y oral, la tortura genital, la castración y la coacción para violar a otras personas. Muchos de estos actos se consideran castrantes, y aunque muchas víctimas masculinas están dispuestas a relatar lo que presenciaron, es menos probable que expresen lo que ellos mismos vivieron en el conflicto.
Introducción de la violencia de género
Los estudios sobre las actitudes sociales demuestran que la violencia se percibe como más o menos grave en función del sexo de la víctima y del agresor[2][3] Los informes sobre la violencia contra los hombres muestran disparidades; es menos probable que la gente denuncie a la policía a un hombre que golpea a otro hombre que a un hombre que golpea a una mujer[4].
Los agentes de policía masculinos se muestran más reacios a presentar cargos o denuncias cuando un hombre es víctima de violencia doméstica[5]. El uso de estereotipos por parte de los agentes de policía es un tema reconocido[6], y la académica de derecho internacional Solange Mouthaan sostiene que, en escenarios de conflicto, la violencia sexual contra los hombres se ha ignorado en favor de centrarse en la violencia sexual contra mujeres y niños[7]. Una explicación de esta diferencia de enfoque es el poder físico que los hombres tienen sobre las mujeres, lo que hace que la gente sea más propensa a condenar la violencia con esta configuración de género[8].
Los hombres corren un riesgo mucho mayor de ser víctimas de delitos violentos que las mujeres, mientras que las mujeres tienen más miedo a los delitos violentos[13][14] Este fenómeno es denominado por los investigadores como la “paradoja de género del miedo al delito”[15][16].
Estadísticas de violencia contra los hombres
Quizá la violación masculina sea una de las atrocidades más ocultas de la guerra. Puede que sea así porque se niega o se mantiene en secreto, dado que tanto el agresor como la víctima entran en una forma de “conspiración del silencio”. Sin embargo, cuando se desvelan las historias, quienes han sido víctimas de estos crímenes corren el riesgo de perder el apoyo de quienes les rodean. Los hombres supervivientes de la violencia sexual suelen ser despreciados y marginados por sus propias comunidades. En las sociedades patriarcales, un hombre que ha estado expuesto a este tipo de violencia puede ser visto como una “mujer”, y recibir definiciones estereotipadas de los roles de género; a ningún hombre se le permite ser vulnerable.
La violencia sexual es una táctica de guerra, utilizada para humillar, dominar e infundir miedo. También se utiliza cada vez más como táctica terrorista. Aunque la atención se ha centrado en gran medida en las mujeres y las niñas como víctimas de la violencia sexual, los niños y los hombres corren el mismo riesgo. La violencia sexual contra hombres y niños adopta una serie de actos atroces, como la violación anal y oral, la tortura genital, la castración y la coacción para violar a otras personas. Muchos de estos actos se consideran castrantes, y aunque muchas víctimas masculinas están dispuestas a relatar lo que presenciaron, es menos probable que expresen lo que ellos mismos vivieron en el conflicto.
Tipos de violencia de género
La violencia de género, tanto contra las mujeres como contra los hombres, es una violación de los derechos humanos y constituye un delito. Sin embargo, el marco actual de la violencia de género es en gran medida el de la violencia perpetuada contra niñas y mujeres. Esto es comprensible dado el alcance de la crisis y la perpetuación en todo el mundo de las desigualdades de género, que en general hacen que las mujeres sean más vulnerables que los hombres. Sin embargo, el reto de esta dinámica es que mitiga en gran medida la realidad y el alcance de la violencia de género contra niños y hombres.
Se desconoce la magnitud total de la violencia de género, en concreto la violencia sexual (VSG) contra niños y hombres. Se trata de un problema oculto que muchas organizaciones son reacias a abordar. La situación se complica por la oposición a promover la concienciación sobre la violencia de género contra los hombres debido a la idea errónea de que, al resaltar el problema, se promoverá una agenda misógina y se restará importancia a la gravedad de la crisis de la violencia de género contra niñas y mujeres. Esto ha dado lugar a una falta de investigación y a escasas pruebas empíricas para llevar adelante políticas, actividades de promoción y estrategias que ayuden a prevenir la violencia de género contra niños y hombres e intervenir en ella.