La terapia ART ayuda a las víctimas de la violencia doméstica
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Con un tema similar al de End Child Marriage, de Anglim, el díptico fotográfico Existence, de Priyanka Sah, llama la atención sobre la difícil situación de los inmigrantes que llegan a Estados Unidos con la esperanza de una vida mejor, educación y oportunidades de trabajo, y los desafíos que experimentan. Miles de mujeres sudasiáticas se encuentran entre las que llegan a Estados Unidos cada año con visados de dependientes. A menudo sufren abusos domésticos y se enfrentan al choque cultural, la depresión, el aislamiento social, la angustia psicológica y la desesperación. La obra aborda lo que puede ser realmente la “existencia” de estas mujeres.
La CESPAO organiza un concurso de arte para poner fin a la violencia de género
La última exposición de Lorien Haynes utiliza su experiencia como feminista y superviviente de abusos sexuales para apoyar y empoderar a las víctimas de la violencia. Su arte es una plataforma para cuestionar las normas patriarcales y defender los derechos de las mujeres en todo el mundo.
“La exposición se llama Pieces of a Woman porque construyo a las mujeres a partir de trozos de papel”, explica Haynes. “Empiezo dibujando el cuerpo y el torso y el plexo solar y la columna vertebral y luego extiendo el cuerpo sobre otros trozos de papel, de modo que la cabeza crece en una dirección, los pies van en otra y el brazo puede ir en otra. Así se convierte en un collage que pego”.
Además de los 23 carboncillos de gran tamaño, Haynes incluyó en la exposición 15 grabados coloreados a mano. Cada pieza lleva el nombre de una mujer fuerte que la ha influido o apoyado de alguna manera, pero el sujeto no se nombra desnudo porque podría ser muy incómodo para ella.
“Estamos acostumbrados a ver cómo se percibe a la mujer en los medios de comunicación populares, la publicidad y la prensa. Intento dibujar el cuerpo femenino como un paisaje tal y como lo veo delante de mí, en lugar de objetivarlo o filtrarlo a través de una lente de estética o de lo que se considera estéticamente bello”, dice Haynes.
Violencia doméstica – El arte de la materia
Angela Merkel con dos ojos morados y un feo corte en la nariz, Brigitte Macron con un labio cortado, Hillary Clinton con un ojo hinchado y cerrado: los rostros llenos de cicatrices de figuras femeninas internacionales se exhiben en las calles de Milán en una campaña de carteles contra la violencia de género del artista italiano AleXsandro Palombo.
Desfigurando los rostros instantáneamente reconocibles de líderes femeninas para advertir sobre la violencia contra las mujeres, Palombo ha creado una serie de siete carteles sorprendentes.Sus “víctimas” elegidas van desde la canciller alemana Angela Merkel y la joven política estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez hasta la primera dama francesa Brigitte Macron. El cartel se completa con la ex candidata presidencial estadounidense Hillary Clinton, la jefa de facto del gobierno birmano Aung San Suu Kyi, la política india Sonia Gandhi y la ex primera dama estadounidense Michelle Obama. Para esta campaña, titulada “Sólo porque soy mujer”, Palombo presenta estos rostros conocidos con muecas desconocidas junto al texto: “Soy víctima de la violencia doméstica – me pagan menos – he sufrido mutilación genital – no tengo derecho a vestirme como quiero – no puedo decidir con quién me voy a casar – fui violada”.
La organización sin ánimo de lucro de Pueblo pretende ayudar a las víctimas de la violencia doméstica
En las siguientes páginas, examino a los artistas feministas contemporáneos de color cuyo trabajo aborda directamente la cuestión de la violencia de género y sexual a través de obras de arte que emplean una lente interseccional. En concreto, investigo el modo en que las artistas feministas de color utilizan su arte para poner de relieve las experiencias de las personas de color como víctimas/sobrevivientes de los abusos, implicar al espectador en los debates sobre la violencia de género y sexual, e implicar a las instituciones sociales que apoyan los climas abusivos. Tras mi análisis de las obras de arte, señalo las direcciones para futuras investigaciones sobre el arte visual interseccional que aborda cuestiones de género y violencia sexual. Para concluir, considero cómo el arte visual feminista de color puede contribuir a los esfuerzos de justicia social en la concienciación individual y de la comunidad sobre la violencia de género y sexual, educando al público sobre aspectos más complejos e interseccionales del abuso, posicionando al espectador como testigo del mensaje del artista, y transformando la comprensión del público sobre el abuso. Estas contribuciones ayudan a avanzar en la comprensión del abuso sexual y de género como un problema interseccional.