Soluciones a la violencia de género pdf
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Quizá recuerde que en la primera entrega de esta serie le presentamos la ciudad de Tremont. Tremont es el telón de fondo de las historias que ilustran los riesgos que aborda la Norma de Desempeño Ambiental y Social 9 (ESPS 9). Esta norma, que forma parte de nuestro nuevo Marco de Política Medioambiental y Social (ESPF), reconoce que los riesgos de violencia sexual y de género, la explotación, la discriminación y el abuso hacia los niños, las niñas, las mujeres y las personas de diversas orientaciones sexuales e identidades de género son un problema global prevalente.
En la segunda entrada del blog, nuestros vídeos te presentaban al jefe de obra, Gilberto; a la propietaria del puesto de comida, Sandra; a la soldadora, Wendy; y al trabajador del proyecto, Rooster, que compartía fotos obscenas con sus compañeros masculinos.
En esta ocasión, les traemos la conmovedora historia de Melanie, la hija de 14 años de Gloria, que trabaja en el proyecto. Siendo menor de edad, Melanie acaba siendo víctima de Robert Branch, el capataz del proyecto. Por desgracia, no es una situación inusual, ya que las niñas son especialmente vulnerables a los abusos y la explotación sexual.
En caso de violencia de género qué hacer nähe berlin
Este problema no sólo es devastador para las supervivientes de la violencia y sus familias, sino que también conlleva importantes costes sociales y económicos. En algunos países, se calcula que la violencia contra las mujeres cuesta a los países hasta el 3,7% de su PIB, más del doble de lo que la mayoría de los gobiernos gastan en educación.
No abordar esta cuestión supone también un coste importante para el futuro. Numerosos estudios han demostrado que los niños que crecen en medio de la violencia tienen más probabilidades de convertirse ellos mismos en supervivientes o en agresores en el futuro.
Una de las características de la violencia de género es que no conoce fronteras sociales ni económicas y afecta a mujeres y niñas de todos los estratos socioeconómicos: este problema debe abordarse tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados.
Disminuir la violencia contra las mujeres y las niñas requiere un enfoque comunitario y múltiple, así como un compromiso sostenido con las múltiples partes interesadas. Las iniciativas más eficaces abordan los factores de riesgo subyacentes a la violencia, incluidas las normas sociales relativas a los roles de género y la aceptación de la violencia.
Violencia doméstica por países
La violencia puede afectar a cualquier persona, a cualquier edad. No se detiene en ningún lugar del mundo y en casi ninguna posición. Puede ocurrir en la esfera privada o en el lugar de trabajo – o puede golpear arbitrariamente … simplemente porque estabas en el lugar equivocado en el momento equivocado.La violencia tiene muchas caras. Puede manifestarse en el lenguaje elegido, en los comentarios y observaciones, en las bromas o en la confrontación abierta. Puede darse psicológicamente en forma de amenazas o intimidación. O como violencia física o sexualizada. Puede manifestarse en forma de discriminación (múltiple) en el espacio público o en las instituciones públicas. La violencia se produce en el contacto personal, pero también cada vez más en línea.Muchas víctimas no hacen uso (todavía) de la posibilidad de obtener ayuda de los puntos de contacto o del asesoramiento de la Universidad de Mannheim. Juntos podemos romper el silencio, plantear el tema de la violencia y llamar la atención sobre los servicios de apoyo.
La Universidad de Mannheim quiere que todos los miembros de la universidad se traten con respeto y aprecio. Por ello, el Código de Conducta de la Universidad de Mannheim rige la interacción y la cooperación en la universidad.
Cómo prevenir la violencia
La violencia de género es una de las violaciones de los derechos humanos más frecuentes en el mundo. No conoce fronteras sociales, económicas o nacionales. Se calcula que, en todo el mundo, una de cada tres mujeres sufrirá abusos físicos o sexuales a lo largo de su vida. La violencia de género socava la salud, la dignidad, la seguridad y la autonomía de sus víctimas y, sin embargo, sigue envuelta en una cultura del silencio.
Aunque la violencia de género no se limita a la violencia contra las mujeres y las niñas, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2021, casi una de cada tres mujeres, es decir, aproximadamente 736 millones de mujeres, ha sido objeto de violencia de pareja, de violencia sexual fuera de la pareja o de ambas cosas al menos una vez en su vida. Esto no tiene en cuenta que 1 mujer cada 11 minutos es asesinada por su pareja (UNODC, 2020).
Cuando una mujer ha sido objeto de violencia de género, ésta tiene consecuencias a corto y largo plazo para su salud física, mental y sexual y reproductiva. Las lesiones, los embarazos no deseados, las infecciones de transmisión sexual y los trastornos ginecológicos, así como la ansiedad, la depresión, el trastorno de estrés postraumático e incluso las autolesiones son sólo algunos de los impactos de la violencia a los que pueden enfrentarse las supervivientes. Por ejemplo, las supervivientes de la violencia de pareja tienen un riesgo dos veces mayor de sufrir un aborto inducido, y tienen un 50% más de probabilidades de padecer una infección de transmisión sexual o el VIH.