Ejemplos de desigualdad de género
La perspectiva de género se centra especialmente en las diferencias de estatus y poder basadas en el género, y considera cómo dicha discriminación determina las necesidades inmediatas, así como los intereses a largo plazo, de mujeres y hombres.
En un contexto político, adoptar una perspectiva de género es una estrategia para hacer de las preocupaciones y experiencias de las mujeres y los hombres una dimensión integral del diseño, aplicación, seguimiento y evaluación de políticas y programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales, de modo que mujeres y hombres se beneficien por igual y no se perpetúe la desigualdad.
Importancia de la perspectiva de género
En el sector agrícola, las mujeres representan casi el 40% de la mano de obra mundial. En determinadas fases de la cadena de suministro o en cadenas de productos básicos específicas, las mujeres representan la inmensa mayoría de la mano de obra. Sin embargo, en todas las regiones, las mujeres de diversas categorías sociales siguen enfrentándose a importantes limitaciones específicas de género ancladas en normas sociales y culturales profundamente arraigadas que determinan lo que es aceptable en términos de comportamientos y roles femeninos. Esto limita su potencial como agentes económicos y su capacidad para obtener todos los beneficios de su contribución.
Así pues, las empresas que operan en el sector agrícola tienen una inmensa oportunidad de promover la igualdad de género, mejorar las perspectivas de las mujeres en el sector y contribuir a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el Objetivo 5 sobre el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas.
Ejemplos de cuestiones de género
El género se refiere a los papeles, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad determinada en un momento dado considera apropiados o como “norma” para mujeres y hombres y niñas y niños, así como para personas no binarias o de género fluido.
Las normas de género son diferencias construidas socialmente -por oposición a las diferencias biológicas (sexo)- y funcionan como reglas sociales de comportamiento, estableciendo lo que es deseable y posible hacer como hombre o mujer en un contexto determinado.
En la mayoría de las sociedades, las normas de género han dado lugar a diferencias y, por tanto, a desigualdades entre mujeres y hombres en cuanto a las responsabilidades, funciones, acceso y control de los recursos y oportunidades de toma de decisiones que se les asignan socialmente.
En el control de armas y el desarme, un análisis de género (o “lente de género”) puede ser útil para evaluar cómo los atributos, las oportunidades y las relaciones asociadas a una identidad de género pueden afectar a cuestiones como la probabilidad de ser blanco de los sistemas de armamento, las perspectivas de convertirse en víctima/superviviente de la violencia armada, la capacidad de acceder a la atención médica tras un conflicto armado y los efectos biológicos y fisiológicos duraderos de las armas en las personas.
Ensayo sobre la perspectiva de género
Hablamos con Carolina Llorente, del Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad de la Universidad Pompeu Fabra (CCS-UPF), sobre la guía que han elaborado, dirigida al personal investigador que quiera incorporar la perspectiva de género en su trabajo.
Para promover la investigación sensible al género, el Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad de la Universidad Pompeu Fabra (CCS-UPF), ha elaborado la guía “¿Cómo incorporar la perspectiva de género en nuestra investigación?”. Se trata de un documento y una serie de vídeos dirigidos a todo el personal investigador que quiera incorporar la perspectiva de género en su trabajo pero que aún no disponga de las herramientas necesarias para hacerlo.
Son dos conceptos diferentes que a menudo se confunden. El sexo es biológico, viene determinado por los cromosomas que tenemos, principalmente XX o XY, aunque existen otras combinaciones. El género, en cambio, es una construcción social. Aunque en nuestra sociedad actual tendemos a dividirnos de forma dominante en “hombre o mujer”, cada vez son más las personas que demandan una visión diferente a la binaria.