Realismo literatura británica
Definido en términos generales como “representación fiel de la realidad” o “verosimilitud”, el realismo es una técnica literaria practicada por muchas escuelas de escritura. Aunque estrictamente hablando, el realismo es una técnica, también denota un tipo particular de temática, especialmente la representación de la vida de la clase media. La reacción contra el romanticismo, el interés por el método científico, la sistematización del estudio de la historia documental y la influencia de la filosofía racional influyeron en el auge del realismo. Según William Harmon y Hugh Holman, “donde los románticos trascienden lo inmediato para encontrar lo ideal, y los naturalistas sondean lo real o superficial para hallar las leyes científicas que controlan sus acciones, los realistas centran su atención en un grado notable en lo inmediato, el aquí y ahora, la acción concreta y la consecuencia verificable” (A Handbook to Literature 428).
Muchos críticos han sugerido que no existe una distinción clara entre el realismo y su movimiento afín de finales del siglo XIX, el naturalismo. Como señala Donald Pizer en su introducción a The Cambridge Companion to American Realism and Naturalism: Howells to London, el término “realismo” es difícil de definir, en parte porque se utiliza de forma diferente en contextos europeos que en la literatura estadounidense. Pizer sugiere que “todo lo que se producía en la ficción durante las décadas de 1870 y 1880 que fuera nuevo, interesante y aproximadamente similar en varios aspectos puede designarse como realismo, y que un conjunto igualmente nuevo, interesante y aproximadamente similar de escritos producidos a finales de siglo puede designarse como naturalismo” (5). Simplificando demasiado, una distinción aproximada que hacen los críticos es que el realismo que propugna una filosofía determinista y se centra en las clases bajas se considera naturalismo.
Realismo mágico
¡Sea realista! El género del “Realismo” suena bastante sencillo. Esta guía está diseñada para ayudar a alumnos y profesores a explorar el género y disfrutar de la lectura de historias significativas con temas que cuentan las cosas “tal y como son”.
El Realismo es el polo opuesto del Romanticismo. Los realistas dependen de los hechos y la realidad, mientras que los románticos abrazan las emociones, la intuición y las libertades individuales de expresión. En un escenario de “David y Goliat”, los románticos apoyan a David porque tiene una oportunidad, mientras que los realistas saben que los datos apoyan que Goliat prevalecerá. Los realistas tienen en cuenta las fuerzas de la naturaleza, el gobierno y la guerra, que se enfrentan al hombre común. Del mismo modo, los románticos oscuros hacen hincapié en las fuerzas autodestructivas, la falibilidad humana y la filosofía de “lo que puede salir mal, saldrá mal”. La ficción gótica se parece al realismo en que ambos géneros aportan detalles gráficos para apoyar la credibilidad de la historia. Sin embargo, los góticos llevan esto al extremo al incluir elementos de tormento, morbosidad y lo sobrenatural.
Tom Sawyer y su semiautobiografía, La vida en el Mississippi, de Mark Twain, revelan su ingenioso cinismo y sus comentarios sobre la raza y las clases sociales, especialmente en el Sur. Su talento para el sarcasmo abarca una amplia gama de temas cotidianos, como en About Barbers.
Géneros literarios
La ficción realista es la escritura que, aunque inventada, describe un escenario completamente realista. La ficción realista contiene personajes, argumentos y escenarios verosímiles, y pone de relieve temas cercanos para el lector contemporáneo.
La ficción realista es la escritura que, aunque inventada, describe un escenario completamente realista. La ficción realista contiene personajes, escenarios, conflictos y resoluciones creíbles. Estas historias suelen transcurrir en el presente o en un pasado reciente, lo que facilita que los lectores conecten con ellas. Sus temas ponen de relieve cuestiones con las que el lector moderno puede identificarse. En consecuencia, la ficción realista suele estar vinculada a su época contemporánea por su ambientación, dialecto, tecnología y temas.
La ficción realista tiene sus raíces en el movimiento realista del siglo XIX. Antes de este movimiento, los autores esperaban un cierto arco dramático en sus obras, a menudo forzando un desenlace romántico, poco realista o predecible. El lenguaje debía ser de calidad literaria, con cierta formalidad y un alto nivel de dicción. El realismo alteró el estilo literario al introducir los acontecimientos cotidianos en la narración y permitir personajes y desenlaces argumentales realistas, a expensas del efecto dramático. La literatura realista también hizo hincapié en el uso del dialecto regional y el diálogo realista. En conjunto, estos cambios sentaron las bases de la ficción realista actual.
Características de la literatura realista
El realismo literario es un género literario, que forma parte del realismo más amplio de las artes, que intenta representar el tema con veracidad, evitando la ficción especulativa y los elementos sobrenaturales. Tiene su origen en el movimiento artístico realista que comenzó con la literatura francesa (Stendhal) y rusa (Alexander Pushkin) de mediados del siglo XIX[1] El realismo literario intenta representar las cosas familiares tal y como son. Los autores realistas optaban por representar actividades y experiencias cotidianas y banales.
El realismo como movimiento literario fue un fenómeno posterior a 1848, según su primer teórico Jules-Français Champfleury. Pretende reproducir la “realidad objetiva” y se centra en mostrar las actividades y la vida cotidianas y cotidianas, principalmente entre la sociedad de clase media o baja, sin idealizaciones ni dramatizaciones románticas[6]. Puede considerarse como el intento general de representar los temas tal y como se considera que existen en la realidad objetiva en tercera persona, sin adornos ni interpretaciones y “de acuerdo con reglas seculares y empíricas”[7]. 7] Como tal, el enfoque implica intrínsecamente la creencia de que esa realidad es ontológicamente independiente de los esquemas conceptuales, las prácticas lingüísticas y las creencias del hombre, y por tanto puede ser conocida (o conocible) por el artista, que a su vez puede representar fielmente esa “realidad”. Como afirma el crítico literario Ian Watt en The Rise of the Novel, el realismo moderno “parte de la posición de que la verdad puede ser descubierta por el individuo a través de los sentidos” y como tal “tiene sus orígenes en Descartes y Locke, y recibió su primera formulación completa por Thomas Reid a mediados del siglo XVIII”[8].