Robert Winston dice que “no se puede cambiar de sexo” en la BBC
Los términos “sexo de nacimiento”, “sexo natal”, “transexual” y “travesti” son considerados despectivos por los estudiosos de la investigación psicológica TGNC; por muchas personas que se identifican como transexuales, no conformes con el género o no binarios; y por las personas que muestran diversidad de género. Por lo tanto, estos términos despectivos deben evitarse. Además, “sexo de nacimiento” y “sexo natal” implican que el sexo es una característica inmutable sin influencia sociocultural. Es más apropiado utilizar “sexo asignado” o “sexo asignado al nacer”, ya que esto describe funcionalmente la asignación de un término de sexo (frecuentemente masculino o femenino binario; sin embargo, la intersexualidad es una asignación precisa para algunos) basada en la observación de los genitales y/o la determinación de los cromosomas y las estructuras anatómicas del cuerpo al nacer, que necesariamente se interpreta dentro de un contexto sociocultural. El término “transexual” está en gran medida obsoleto, pero algunas personas se identifican con él; este término debe utilizarse sólo para un individuo que lo reclame específicamente.
Para referirse a todos los seres humanos, utilice términos como “individuos”, “gente” o “personas” en lugar de “hombre” o “humanidad” para ser preciso e inclusivo. Evite las terminaciones de género como “hombre” en los títulos profesionales (por ejemplo, utilice “agente de policía” en lugar de “policía”), ya que pueden ser ambiguas y pueden implicar incorrectamente que todas las personas del grupo se identifican como un género. En su lugar, utilice un término no sexista si es posible (por ejemplo, “ama de casa” en lugar de “ama de casa”). Si utiliza fuentes que incluyen el genérico “hombre”, el genérico “él” o títulos ocupacionales fechados, aclare el contexto histórico en el que se utilizaron estos términos.
Jordan B. Peterson | Entrevista completa | SVT/TV 2/Skavlan
Uno de los principales compromisos de Bottom Line es crear un entorno diverso e integrador. Como proveedor de servicios y empleador, no sólo queremos que las personas se sientan cómodas siendo ellas mismas, sino también que se celebren sus identidades y lo que las hace únicas. Además, tratamos de construir una cultura en la que no hacemos suposiciones ni juzgamos a los demás. Así que si una persona decide decirte sus pronombres (en su línea de firma o de otra manera), simplemente te está haciendo saber cómo puedes referirte a ella, sin que tengas que hacer ninguna suposición.
Normalmente, la sociedad nos ha enseñado a hacer suposiciones automáticas sobre los pronombres que debemos usar para alguien. Si la expresión de género de una persona (la forma en que aparece en términos de género) parece ser masculina, es probable que utilicemos él/ella/su cuando hablemos de esa persona; si la apariencia de una persona parece ser femenina, es probable que utilicemos ella/su. Sin embargo, el género no siempre es tan sencillo. A veces, la identidad de género de una persona (la forma en que la persona se identifica internamente en términos de su género) no coincide con su expresión de género (la forma en que se ve). Además, no todo el mundo se identifica estrictamente como hombre o mujer. Por eso, cuando una persona incluye sus pronombres de género en su línea de firma de correo electrónico (o en una etiqueta con su nombre, al presentarse, etc.), simplemente te está quitando las dudas. Es su forma de decir “cuando te refieras a mí utilizando pronombres (en lugar de mi nombre), estos son los pronombres que me gustaría que utilizaras”.
Lauren Ackerman (Newcastle): Conectando nuestros mundos
Uno de los retos globales a los que se enfrenta la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible es la lucha contra la desigualdad de género, que se considera una cuestión transversal en toda la Agenda, y a la que se dedica específicamente el Objetivo 5; este Objetivo establece que es importante “lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas” poniendo fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y niñas en todo el mundo.
La Agenda 2030 es clara: el desarrollo solo será sostenible si sus beneficios implican tanto a los hombres como a las mujeres; los derechos de las mujeres solo se harán realidad si forman parte de esfuerzos más amplios para proteger el planeta y garantizar que todas las personas puedan vivir con dignidad y respeto.
Acalorado debate sobre los pronombres de género y la libertad de expresión en Toronto
La elección del pronombre adecuado para los casos en que se desconoce el género de una persona o no se ajusta a las normas sociales es un tema muy discutido y debatido. Los libros de gramática inglesa explican que el inglés sólo tiene los pronombres de género él y ella para referirse a un individuo en tercera persona. (La palabra de género neutro it sólo se utiliza para animales u objetos; sería de mala educación llamar a una persona it).
Esto plantea un problema en varias situaciones. Por ejemplo, considere que desea citar a un encuestado anónimo en su artículo de investigación. Si no se indica el sexo del encuestado, ¿debe llamar a la persona él o ella? ¿Sería suficiente el pronombre ellos en este contexto, a pesar de que normalmente se describe como tercera persona del plural? En otras ocasiones, es posible que quieras escribir de forma abstracta sobre alguien o cualquiera. También es posible que quieras referirte a cada individuo de un grupo numeroso formado por hombres y mujeres. ¿Debes hablar de él, ella o ellos?
En los textos antiguos se suele utilizar el “él” en estos casos. Por ejemplo, es habitual ver frases como “Todo abogado debe llevar su maletín”. Los manuales de estilo y los editores contemporáneos tienden a recomendar él o ella, aunque ellos es bastante común, sobre todo en contextos informales y en conversaciones orales. Este artículo explica los antecedentes de la cuestión, así como las perspectivas actuales.