Ensayo sobre juguetes estereotipados por sexos
Estas Navidades, un grupo de personas está presionando a los principales minoristas para que eliminen los estereotipos de género de los juguetes que venden. La campaña Let Toys Be Toys (Dejemos que los juguetes sean juguetes) pretende impedir que los minoristas agrupen los productos como “juguetes de niños” y “juguetes de niñas”, ya que consideran que estas etiquetas contribuyen a reforzar los estereotipos de género. También esperan reducir la prevalencia de las combinaciones de colores rosa y azul que se utilizan para comercializar juguetes para géneros específicos.
Algunos padres no están de acuerdo con la campaña, pues consideran que se trata de una cuestión trivial que desvía la atención de problemas mayores. Sin embargo, los expertos en desarrollo del aprendizaje siguen promoviendo la idea de que los juguetes con los que juega un niño antes de los 5 años contribuirán a modelar su desarrollo. Por ejemplo, los juguetes de construcción con bloques ayudan a los niños a desarrollar habilidades de resolución de problemas y conciencia espacial, útiles para tareas prácticas y trabajos en la vida posterior. Por otra parte, las cocinas de juguete son ideales para ayudar a los niños a desarrollar sus capacidades cognitivas. Por eso es importante que los niños puedan jugar con una amplia gama de juguetes diferentes.
Juguetes y socialización de género
Los estereotipos de género son uno de los temas más discutidos en la política de género actual, ya que las actitudes en torno a los roles de género en Occidente empiezan a cambiar. Tomemos como ejemplo los juguetes infantiles. Si se recorren los pasillos de las jugueterías más populares del mundo, los códigos de colores son inconfundibles.
Sin embargo, a medida que las conversaciones en torno a cuestiones relacionadas con el género se hacen más habituales entre las generaciones más jóvenes, los padres y la comunidad LGBTQ+, vemos cómo las marcas y las instituciones se esfuerzan cada vez más por cambiar el paradigma de los estereotipos de género y la identidad de género para favorecer una terminología más neutra en cuanto al género.
El año pasado hablamos de cómo las marcas pueden utilizar la sensibilidad del lenguaje para navegar por las identidades de género con el fin de llegar a los consumidores más jóvenes. Adaptar el lenguaje a la neutralidad de género se está convirtiendo rápidamente en una práctica común utilizada por las marcas de los sectores minorista y de bienes de consumo de alta rotación para diferenciarse, dirigirse a nuevos públicos y afinar la comercialización de productos que no son necesariamente específicos de género.
Cómo pueden influir negativamente en el desarrollo del niño los juguetes específicos para cada sexo
Es época de vacaciones y los pasillos de las tiendas están abarrotados para las compras anticipadas. Las tiendas tienen los juguetes rosas y artísticos para niñas en un pasillo y los azules y de construcción para niños en el otro. De hecho, desde la década de 1980, la comercialización de juguetes basada en el género y la división de los juguetes por género se han hecho aún más prominentes. La Ley de la Asamblea nº 1084, sin embargo, está abriendo camino en una nueva dirección. Obliga a los grandes almacenes de California que venden juguetes a incluir una selección “razonable” de juguetes en una sección de género neutro. La nueva ley recibió el apoyo inmediato de los grupos de defensa de los consumidores, y la preocupación de los detractores que afirmaban que la ley constituye una extralimitación del gobierno. Quizá lo más importante es que esta ley reavivó un debate necesario sobre el papel de los juguetes sexistas en la perpetuación de estereotipos perjudiciales para los niños y para la sociedad en general.
Aunque California es el primer estado que promulga este tipo de normativa, la idea no es nueva. En 2015, Target retiró los carteles y los colores de pared basados en el género en sus pasillos de juguetes. Algunas empresas de juguetes populares como Hasbro y, más recientemente, el Grupo LEGO, se han unido a la conversación haciendo cambios para reducir el sesgo en sus productos. En una declaración del 10 de octubre, el Grupo LEGO anunció que trabajará “para garantizar que los productos y el marketing de LEGO sean accesibles para todos” y que “independientemente de la identidad de género”, los niños puedan “jugar de una manera que les ayude a … desarrollar su talento único”. Estos cambios suponen el reconocimiento de que los juguetes con los que juegan los niños contribuyen a forjar su desarrollo social y cognitivo.
Por qué los juguetes no deben ser neutrales en cuanto al género
Los juguetes son más rosas y azules que nunca, dicen los expertos. Pero antes de prohibir los unicornios brillantes y los lanzadores de dardos de gomaespuma, considere otras formas de ayudar a los niños a ampliar sus posibilidades de juego.
En la Feria Internacional del Juguete de Nueva York, el pasado mes de febrero, fue imposible evitar la división de sexos: por un lado, la gatita unicornio mariposa arco iris y, por otro, los ninjas pedorros con cabeza de bulbo. Las sirenas Barbie iluminadas que se disputaban el espacio con lanzadores de dardos de espuma al estilo Gatling en el Javits Center de Manhattan plantearon una pregunta: ¿Han progresado realmente los juguetes desde los tiempos de nuestros abuelos? ¿Y cómo influyen los juguetes en las personas que somos de mayores?
Nos propusimos responder a estas y otras preguntas en nuestro último episodio del podcast de Life Kit Parenting: Conversaciones difíciles, con la ayuda de Sesame Workshop. Los juguetes están cada vez más divididos por sexos La investigadora Elizabeth Sweet estudió los catálogos y anuncios de juguetes a lo largo del tiempo y descubrió que, en realidad, los juguetes están más divididos por sexos que hace medio siglo. Rebecca Hains, profesora de la Universidad Estatal de Salem (Massachusetts), ha escrito un libro al respecto: The Princess Problem: Guiding Our Girls Through The Princess-Obsessed Years. Los personajes de Disney, señala, solían ser más diversos: Estaba Cenicienta, claro, pero también Pinocho y Bambi. Cuando La Sirenita de 1989 causó sensación, dice Hains, “Disney se dio cuenta de la rentabilidad de las niñas”. Así surgió la gigantesca marca Princesas Disney. Además, ahora incluso los juguetes de género neutro, como los bloques, se cubren de colores primarios y pastel con la esperanza de vender más juegos.