Definición de violencia de género
Cuando apoyamos o condonamos la violencia contra las mujeres, los niveles de violencia son más altos. La tolerancia de la violencia contra las mujeres se produce de muchas maneras, como cuando justificamos, excusamos o trivializamos la violencia – “los chicos son chicos”- o culpamos a la víctima – “¿qué esperaba para salir vestida así?”-.
La violencia es más común en las relaciones en las que los hombres toman todas las decisiones, se sienten “dueños” de sus parejas o tienen ideas rígidas sobre cómo deben comportarse las mujeres. En la esfera pública, cuando las mujeres tienen menos independencia y poder, se transmite el mensaje de que son menos valiosas o dignas de respeto, lo que hace más probable la violencia contra ellas.
Los estereotipos de género se producen cuando promovemos la idea de que existen formas naturales o innatas de comportamiento para hombres y mujeres, como que los hombres son agresivos y dominantes por naturaleza y las mujeres pasivas y sumisas por naturaleza.
Esto impulsa la violencia contra las mujeres porque puede dar lugar a castigos para las mujeres, los hombres y las personas de otros géneros cuando no se ajustan a los roles esperados. También contribuye a la idea de que los hombres deben tener más poder que las mujeres y otras personas en público y en sus relaciones.
Ejemplos de desigualdad de género
La violencia de género es una de las violaciones de los derechos humanos más frecuentes en el mundo. No conoce fronteras sociales, económicas ni nacionales. Se calcula que, en todo el mundo, una de cada tres mujeres sufrirá abusos físicos o sexuales a lo largo de su vida. La violencia de género socava la salud, la dignidad, la seguridad y la autonomía de sus víctimas y, sin embargo, permanece envuelta en una cultura de silencio.
Aunque la violencia de género no se limita a la violencia contra las mujeres y las niñas, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2021, casi una de cada tres mujeres, es decir, aproximadamente 736 millones de mujeres, han sufrido violencia en la pareja, violencia sexual fuera de la pareja o ambas al menos una vez en su vida. Esto no tiene en cuenta que 1 mujer cada 11 minutos es asesinada por su pareja (ONUDD, 2020).
Cuando una mujer ha sido objeto de violencia de género, esto tiene consecuencias a corto y largo plazo para su salud física, mental y sexual y reproductiva. Las lesiones, los embarazos no deseados, las infecciones de transmisión sexual y los trastornos ginecológicos, así como la ansiedad, la depresión, el trastorno de estrés postraumático e incluso las autolesiones son sólo algunos de los efectos de la violencia que pueden sufrir las supervivientes. Por ejemplo, las supervivientes de violencia de pareja tienen un riesgo dos veces mayor de someterse a un aborto provocado y un 50% más de probabilidades de contraer una infección de transmisión sexual o el VIH.
Ensayo sobre la desigualdad de género
Los participantes informaron de que las diferencias entre sexos eran visibles para las mujeres desde una edad temprana. Compartiendo ejemplos prácticos de la comunidad, los participantes de ambos grupos afirmaron que las niñas recibían educación sobre todo en escuelas públicas y comunitarias de bajo coste, mientras que los niños se matriculaban en escuelas privadas caras. Les preocupaba que esta inversión selectiva en educación, que los participantes citaron como “la piedra angular de la vida”, generara menos capacidad y habilidades de negociación en las niñas. Una participante afirmó
En nuestra comunidad hay diferencias en las oportunidades educativas de chicos y chicas. Las familias apoyan más la educación de los niños matriculándolos en escuelas privadas, mientras que las niñas reciben la mayor parte de su educación en una escuela de la comunidad, además de dedicarse a las tareas domésticas.
Los debates revelaron que las mujeres necesitaban varios anclajes masculinos para su supervivencia durante las distintas etapas de su vida. Las participantes dieron ejemplos del cambio de anclas para las mujeres, que pasaron del padre al marido durante el matrimonio y, más tarde, al hijo varón durante su vejez. Creían que esta tradición de transferir la identidad de la mujer establecía al hombre como una categoría social superior y despojaba a la mujer de su individualidad e identidad. Un participante masculino añadió
Desigualdad de género
La falta de empoderamiento de las mujeres es una forma crítica de desigualdad. Aunque existen muchas barreras para el empoderamiento, la violencia contra las mujeres y las niñas (VCM) es tanto una causa como una consecuencia de la desigualdad de género.
Las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que aproximadamente 1 de cada 3 (35%) mujeres y niñas de todo el mundo han sufrido violencia física y/o sexual por parte de su pareja o violencia sexual fuera de la pareja a lo largo de su vida. Sin embargo, estas cifras, por impactantes que sean, sólo cuentan una parte de la historia.
La violencia contra las mujeres es un fenómeno mundial que traspasa las fronteras de la edad, el estatus socioeconómico, la educación y la geografía. Sin embargo, a nivel mundial todavía no sabemos mucho sobre su alcance. Por ejemplo, sólo 107 de 195 países disponen de datos sobre la violencia ejercida por la pareja, cifra que se reduce a sólo 56 países cuando tratamos de comprender la violencia no ejercida por la pareja. Incluso cuando se dispone de datos, es probable que las cifras estén infravaloradas, ya que es notoriamente difícil recopilar información sensible sobre la violencia contra la mujer, pues las sobrevivientes pueden temer denunciarla o sentirse avergonzadas.